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5,93 €V¡ctor Codina nos ofrece su experiencia eclesial de lo ocurrido en Santo Domingo, no una fr¡a crónica de fechas y datos. El estuvo all¡ como asesor oficial de la Conferencia episcopal boliviana y pudo captar, por ejemplo, los momentos más significativos, las l¡neas temáticas de la Asamblea o las limitaciones que fueron impuestas a los obispos.Con todo ello nos ofrece una crónica testimonial de lo que, más allá de los esquemas teológicos resultantes, constituye una nueva oportunidad que confirma la importancia de las iglesias locales y aviva la esperanza del anuncio de la Buena Noticia a los pobres, vistos por primera vez con "rostros plurales".Jon Sobrino, por su parte, intenta ver qué "vientos" soplaron en Santo Domingo y si éstos van en la l¡nea de la refrescante brisa desencadenada en Medell¡n y proseguida en Puebla. Para el teólogo salvadoreño abundaron quizá más las sombras que las luces, por lo que piensa que no cabe la exultación, pero tampoco el abatimiento. Puede que Santo Domingo haya sido una oportunidad perdida para ahondar en tareas eclesiales y evangelizar más decididamente la cultura: pero hay que "poner a producir" lo all¡ conseguido, porque el mismo acontecimiento -y no tanto los textos que produjo- lo permite. La "brisa de Medellin", a pesar de todo, persiste en la Iglesia de Latinoamérica: y, en cualquier caso, contra viento y marea, son muchos los que siguen adelante, porque el Esp¡ritu de Jesús sigue actuando.