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14,25 €En la Segunda EpÃstola a los Tesalonicenses, que la tradición atribuÃa a San Pablo, aparece la enigmática figura de una potencia: el katékhon, algo o alguien que detiene y contiene, frenando el asalto del Anticristo, pero que deberá ser eliminado o quitado de en medio a fin de que el Anticristo se manifieste antes del dÃa del Señor. Es la interpretación de esta figura, y el fondo sobre el que se desenvuelve, una reflexión general en constante «acuerdo divergente» con la posición de Carl Schmitt sobre la «teologÃa polÃtica», y más aún sobre las formas en que ideas y sÃmbolos escatológicoapocalÃpticos se han venido secularizando en la historia polÃtica de Occidente, hasta el actual olvido de sus orÃgenes. ¿Con qué sistema polÃtico pudo hallar un compromiso el paradójico monoteÃsmo cristiano y su fe en el Deus-Trinitas? ¿Con la forma del imperio, o con la de un poder que frena, contiene, administra y distribuye? ¿O se tratarÃa, más bien, de una contaminación de las dos? No pocas de las decisiones polÃticas que han signado a nuestra civilización giran en torno a estas cuestiones, que en algunos de sus más grandes intérpretes, de AgustÃn a Dante y Dostoievski, han alcanzado una dramática representación. Las reflexiones formuladas en este ensayo se completan con una antologÃa de los pasos más significativos de la tradición teológica, desde la primera patrÃstica hasta Calvino, dedicados a la exégesis de la Segunda EpÃstola a los Tesalonicenses, 2, 6-7.