Miguel Baテアos y Teresa Rodrテュguez
Desconto:
-5%Antes:
Despois:
23,75 €Mujeriegos, mentirosos, egoテュstas, manipuladores... Esta suele ser la carta de presentaciテウn de un publicitario cuando se convierte en personaje de una pelテュcula cinematogrテ。fica. Porque si algo bueno tieneun publicitario ツォde cineツサ es que tiene tan pocas cosas buenas al comienzo de la pelテュcula, que siempre acaba cambiando para convertirse en un ejemplo de responsabilidad, desde que descubre ツォlo que de verdad importaツサ. Una transformaciテウn que da mucho juego a la hora de escribir historias atractivas para el espectador. Publicitarios asテュ los encontramos en todo tipo de films desde hace muchas dテゥcadas. Siempre cortados por el mismo patrテウn. En dramas y en comedias. En color y en blanco y negro. En Amテゥrica y en Europa. Doce hombres sin piedad, Noviembre dulce, Todo por el テゥxito, En quテゥ piensan las mujeres, Con la muerte en los talones... Estos publicitarios, siempre tan malos... y siempre tan buenos. Viviendo su gran metamorfosis ante el espectador a lo largo de la pelテュcula. Al filo de la verdad, ツォhablaツサ precisamente de todo esto, de cテウmo muestra el cine algo tan sugerente, tan sospechoso y tan cotidiano como el mundo de la publicidad.