Godard muestra el mundo en el que vive, poniendo en escena «la verdad», que lo incluye a él.A mediados del siglo XX, jóvenes cineastas de diversos países manifestaron la necesidad de renovar la manera de hacer y entender el cine; se les denominó «Nuevos Cines». En Francia fue la Nouvelle Vague, y tal vez Godard sea el más radical y persistente en aplicar las propuestas del grupo. Dice que su actividad es «mostrar y mostrarme a mí mismo mostrando»; su anhelo de «verdad» es tan radical que, en los años setenta, «abandona» el cine comercial, pero los espectadores también le abandonan. Este exhaustivo repaso que se ofrece de su obra brinda la posibilidad de constatar su afirmación de que no quiere hurtar al espectador ni lo que piensa ni la manera de contarlo. Sus nuevas obras se asemejan más al género del ensayo filosófico que al de la narración.